Me apresuro, pues son las 19:00h y abren las puertas a las 19:30h, pero para mi sorpresa solo hay 3 personas haciendo cola cuando llego. Como me ha pasado alguna otra vez, parece que mi llegada animara a más gente, y poco a poco empieza a formarse una fila más larga.
Consigo ponerme en primera fila sin problemas, justo cuando me doy cuenta de que me he olvidado otra vez de los tapones, y es que la experiencia me dice que en la mayoría de las ocasiones se escuchan mejor los conciertos con ellos, sobre todo si estás tan cerca, pero ya es demasiado tarde.
Los teloneros fueron Lüger, un grupo madrileño que me sorprendió. No se como calificar la música que hacen, quizá sería rock alternativo experimental psicodélico o algo así, pero el caso es que su directo me pareció muy interesante, cargado de energía, y no se me hizo nada pesado, cosa que suele darse en la condición de teloneros. De hecho he oído algo en su myspace, y en mi opinión sus grabaciones no hacen justicia a lo que escuché ayer.
El concierto de Black Rebel Motorcycle Club fué muy potente, aunque mal ecualizado. Y es que la guitarra de Peter y el bajo de Robert (quizá algo más la guitarra) tronaban a un volumen que hacía difícil poder escuchar las voces. Aún así el concierto fue bastante intenso, cambiando poco el Set List de su reciente dvd en directo grabado en Londres el pasado mes de Abril.
Sonaron grandes éxitos como “Berlin”, “Red Eyes And Tears”, “Weapon Of Choice”, “Spread Your Love”, y unos cuantos de su último disco: “Beat The Devils Tatoo”, “Concience Killer” o “Aya”, la cual me puso los pelos de punta. También contaron con su momento acústico y una “Annabel Lee” interpretada por Robert al piano. Pero en lo que destacan BRMC es en el rock grasiento y sucio directo a la médula, el cual demostraron trallazo tras trallazo.
Por lo general me pareció un buen concierto(todo lo que había oído antes sobre sus directos queda desmentido para mí), pero lamentablemente emborronado por la mala ecualización de sonido, demasiado volumen para los instrumentos, y poco para las voces, seguramente parte de culpa de nuestra vieja conocida Riviera.
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