sábado, 6 de noviembre de 2010

The BellRays (04/11/2010)

Hace una semana me llegaba un e-mail de que tenía un mensaje en Myspace de The BellRays. Avisaban de que tocaban en Madrid a la semana siguiente. Se que se lo mandarían a todos los fans que tengan en Madrid, pero me pareció una curiosa forma de enterarme de una noticia así.

Para quien no lo sepa, desde que montamos Test Roschard, The BellRays es una influencia básica, además de que creo que es uno de los mejores grupos de rock garage de los últimos tiempos y que su mezcla de soul con el rock más cañero y sucio es muy original y espectacular.

Esta vez Lisa y Bob venían con el bajista que les acompaña desde el anterior disco, Justin Andres, y con un nuevo batería, Stefan Litrownik, que le da mucha más potencia.

No hubo teloneros, y el concierto empezó puntual a las 23:30h. Había podido leer una crónica de su actuación del día anterior en Bilbao, y al ver que la mayoría de temas fueron de su nuevo disco tenia una mezcla de pequeña decepción y gran curiosidad.
 

El concierto fue mucho más intenso que su anterior cita en Madrid (en 2008), y las canciones nuevas me convencieron a la primera, ya que parece que la potencia ha vuelto con su nuevo batería. Lisa no para de moverse (a pesar de sus taconazos de aguja) es una frontwoman formidable, y su voz tiene toda esa fuerza y descaro del buen soul añejo. Bob parece haber mejorado mucho con la guitarra eléctrica, pues antes era el bajista, y ya en su segunda gira a los mandos de la guitarra apenas se nota la falta de Tony Fate.

Tras el Set List programado hicieron 3 bises alucinantes, en los que destacaría “Have a Little Faith In Me”, con la que se me pusieron los pelos de punta, y “Revolution Get Down”, que me encanta y no me la esperaba.
 

Tras el concierto, fui rápido a por una copia del vinilo, ya que el nuevo disco solo lo tienen en ese formato (por el momento) y además solo se puede comprar en los conciertos por ahora. Había oído que se suelen pasar por el puesto, así que esperamos y conseguí que Bob y Lisa me firmaran el disco y una foto con cada uno, lo que me hizo mucha ilusión. Me fui para casa con una sonrisa de oreja a oreja, y asimilando el conciertazo que había presenciado.


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