sábado, 28 de noviembre de 2009

THE HORRORS + The Lions Constellation 25/11/2009

No podía perderme a los Horrors en directo, arrastro mi adicción a su último disco desde que lo sacaron, y es de los pocos que no me canso de escuchar.

Recordaba que en 2007, cuando fui con dos compañeros de la universidad a verles, el cantante había destrozado la sala Moby Dick, con la aparición de la policía a la media hora, con la consecuencia del corte de luz y fin del concierto. Su reaparición en la escena musical con la perfecta mezcla entre Joy Division y The Cure ha convencido a los más incrédulos.

Al terminar mi jornada laboral me encaminé a la sala Joy Eslava. Iba solo, ya que nadie se animo a ver a estos tipos sacados de una peli de Tim Burton, pero nunca hay que depender de los demás para ir a ver un concierto que quieres, y menos a estas alturas.

En la fila observo que gran parte del público es inberve, no puedo evitar escuchar conversaciones absurdas de chavales de 18 años (que todos las hemos tenido) y como un policía de la secreta pilla a uno de ellos haciéndose un porro. Si, al ir solo la espera en los conciertos es un poco menos llevadera que si vas con gente, pero el que algo quiere algo le cuesta.

Una vez dentro todo el mundo va hacia el ropero, posibilidad que descarto rápidamente porque me conozco como se pone luego a la salida. Camino hacia el escenario y me doy cuenta de que soy el primero en pasar. Lo que siempre me ha parecido un privilegio, lo veo ahora como un alarde de frikismo. Mas tarde se me pasa, cuando la música empieza.


Los teloneros son Lions Constellation, un grupo paralelo del cantante de Tokyo Sex Destruction. Tocan rápido, mucha distorsión y una voz con delay al tope. No paran entre canción y canción, sin dejar margen para el aplauso, pero suenan bien, muy ruidosos y garajeros, me convencen. su actuación dura unos 30 o 40 minutos, con un apoteósico final cargado de ruido manipulado por los pedales.

THE HORRORS salen a escena tras unas cuantas pruebas de sonido de sus correspondientes pipas y técnicos. El set list se compone de temas nuevos únicamente, dejando para el final 3 o cuatro canciones de su primer disco. El cantante se comporta, ya no la lía parda, supongo que ahora se centran más en su música, ya que con discos como Primary Colours no hace falta otro tipo de marketing. Crean grandes atmósferas psicodélicas, que van mejorando a lo largo del concierto. El bajista y el teclista intercambian sus papeles en varias de las canciones y Faris (cantante), parece contener esa rabia que le hizo pagar una multa considerable en su visita anterior a Madrid.




Vuelvo satisfecho de haber visto a este grupo, y me entran unas terribles ganas de escuchar de nuevo su Primary Colours, quizá uno de los mejores discos de este año.

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lunes, 23 de noviembre de 2009

El cassette y el walkman

¿Alguien se acuerda del cassette?
Hoy en día, aquella carcasa de plástico llena de música ha caído en el olvido. Su padre el vinilo ha vuelto un poco de moda, y su evolución a modo de CD ("compac disc") sobrevive a duras penas, pero "las cintas" fueron desechadas, condenadas al olvido, sin ningún tipo de piedad.

La de veces que podré haber grabado canciones de la radio o recopilatorios en cassette, lo que me gustaba utilizarlas una y otra vez, las ponías un celo donde estaba la pestaña rota, aunque a veces al final se oían ya bastante regular después de la 4 vez que grababas encima. Porque antes te grababan una cinta del grupo de moda y nadie le llamaba piratería, la de grupos que habremos descubierto a través de las cintas que nos grababan los colegas.

Que tiempos aquellos en los que llevaba mi walkman a todas partes, un cacharro bastante grande comparandolo con los mp3 de ahora. Cuando se te acababan las pilas empezaba a ralentizarse el sonido, iba a cámara lenta. Recuerdo que para rebobinar las cintas usaba un boli BIC cristal (escribe normal), ya que en el caso de que el walkman tuviese "rewind" gastaba demasiada pila, y podías correr el riesgo de quedarte sin música en mitad de tu trayecto, porque en realidad cuando más lo usaba era en el autobús de camino al colegio, en los viajes, aunque también en casa hasta que me compraron mi primera minicadena.

Echo de menos las cassettes, y el ritual de grabado, ya que tenías que escucharte todas las canciones enteras mientras lo hacías.¿Y recodáis las pegatinas de las TDK? Un coche, una guitarra y ¿un café?, siempre me pregunte cal era el sentido de esta última...

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